Mi práctica se basa sobre todo en el dibujo. Dibujos en los que tienen importancia fundamental la luz, el movimiento y el trazo. Trabajo con materiales muy sencillos, sobre todo lápiz y papel. Esa sencillez, y el hecho de que sea un material que todos hemos utilizado hace de los dibujos casi algo que cualquiera podría hacer en cualquier lado, en muchas situaciones.
Desde 2018, he desarrollado una técnica de dibujo cada vez más propia y he intentando llevarla lo más lejos posible. Empecé haciendo imágenes de formatos pequeños, en las que se superponen capas de color. Dibujo continuamente sobre el dibujo ya dibujado, hasta que ya no coge más color, casi hasta que el papel no puede más. Es un trabajo de suma y resta de adición y sustracción a través del borrado. El borrado saca la luz del fondo, e intento buscar una tensión entre los colores y las formas, una vibración que esté viva dentro del dibujo. Trabajo mucho con lo borrado, el dibujo nunca desaparece del todo, el fondo siempre es algo entre lo borrado, lo que no se puede borrar, y lo que dibujo encima. Así conviven el principio y el final pero no de la misma manera que cuando empecé. Un dibujo donde está muy presente el tiempo a través del proceso.
El cuerpo y el tiempo han ido tomando cada vez más presencia a causa de este aumento de las dimensiones de los dibujos. La propia técnica obliga a estar mucho tiempo dibujando y este tiempo está presente en el dibujo junto al cuerpo ya que el trazo hace muy visible el movimiento y se muestra a través de una vibración.